
Patricia Rodríguez, única latinoamericana en Beijing, hablando de restauración: una historia de orgullo y patrimonio
“Nuevas formulaciones químicas aplicadas a obras de arte, pinturas de caballete” fue el artículo de investigación que Patricia Rodríguez, restauradora de la Reserva Alberto Mena Caamaño del Centro Cultural Metropolitano (CCM), presentó en el Instituto Internacional de Bienes Artísticos de Londres. Dos años después, esta participación la llevó a ser la única latinoamericana en el encuentro global de restauración convocado en el marco del centenario del Palacio del Museo en Beijing, en mayo de 2025.
Desde diferentes partes del mundo llegaron expertos de la India, Kenia, Japón, Tailandia, Irlanda, Italia, Túnez y, por supuesto, Ecuador, el único país latinoamericano presente. “Viajé tres días, crucé siete aeropuertos, llegué para decirles dónde está mi país, para contarles que aquí hay un patrimonio tangible e intangible que trabajo en la Reserva del CCM con obras de los siglos XVI, XVII y XVIII. Además, hay un director comprometido con la cultura, que en la Reserva está el ‘Pancho’ y la ‘Negra’, y con ellos, al otro lado del mundo, hacemos restauración, como ustedes”, comparte Patricia.
El encuentro en Beijing duró casi un mes, durante el cual se discutieron las tendencias en restauración en diferentes países con el objetivo de crear un terreno común de profesionales que actúen con un mismo propósito. “Rompimos fronteras, hablamos el mismo idioma de restauración, y sobre todo, buscamos que prevalezca la historia para fortalecer nuestra identidad”, afirma Patricia.
Destaca que su propuesta sobre formulaciones químicas nació bajo la premisa de que, desde los años 80, Ecuador no ha actualizado sus conocimientos en este tema. “Literalmente, me hablaron en chino” -bromea Patricia- haciendo referencia a las explicaciones del maestro Lhapa Tsering, uno de los restauradores más respetados en China en la técnica en Thangka (equivalente al lienzo occidental).
“Replicamos las técnicas tradicionales chinas en el dibujo, que es diferente al nuestro. En Occidente estamos habituados a la imagen religiosa, pero esta (señala el dibujo de su ejercicio) que es una imagen de culto para Oriente, es tan sacrosanta como las nuestras”, explica Patricia.
Patricia resalta que de este encuentro se llevó dos aprendizajes importantes: la palabra IKIGAY, que representa la razón de vivir y la búsqueda de plenitud, “Mi felicidad está en la restauración, en mi hija y mi familia”, confiesa y; el otro aprendizaje es la necesidad de profundizar en la investigación. “Fui a Beijing desde un país que nadie conoce, sin embargo, demostramos que estamos a la altura de ellos. No tenemos las mismas formulaciones ni el tomógrafo eléctrico de mil millones de dólares, pero sí tenemos patrimonio y una ciudad que espera que lo conservemos. En el futuro, mis hijos y las próximas generaciones verán las obras restauradas y conservadas, y dirán: ‘Aquí está nuestra identidad. Todo esto pasó porque hubo un equipo de restauradores que conservó esta memoria’”, concluye Patricia con orgullo.

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