
“Borroso” y “El día que me callé”: La valentía de contar una historia que buscaba silenciarse
“¿Y si cuentas lo que te pasó?” —le preguntó a Víctor Arregui, su amiga Isabel Dávalos – Esa invitación lo llevó a escribir sin pausa, así surgió el guion de la película El día que me callé, (2022) que más tarde se transformó en el libro autobiográfico Borroso que reúne quince reseñas que entrelazan una historia de abuso, su militancia socialista, la familia y el Quito de antaño. A la par, la exposición fotográfica del mismo nombre recoge imágenes sociopolíticas del Ecuador de 1987. Ambos eventos se presentarán el próximo 19 de julio en el Centro Cultural Metropolitano.
Víctor Arregui, cineasta y fotógrafo, habla con calma y serenidad, irradiando una fortaleza que conmueve. Su mirada profunda parece viajar a sus veinte años, cuando, siendo un joven tímido, decidió aprender más con la vida que con las aulas, pues el sistema educativo no era para él. Prefirió las calles de Quito para observar y entender su entorno. “En mis películas, Quito es un personaje más”, dice.
Arregui rememora las luchas sociales de los 80. Luego, en un silencio pausado, evoca 1987 y lo impensable: una historia de abuso que ahora desnuda en su libro, su fotografía y su documental. Este testimonio visual combina imágenes en blanco y negro, capturadas en negativo de 35 mm, con una estética cruda y nostálgica, dialogando con registros contemporáneos que invitan al espectador a cuestionarse: ¿Cómo interviene la memoria? ¿Qué modificamos al recordar?

La exposición fotográfica Borroso incluye autorretratos cargados de emociones y cuestionamientos sobre las masculinidades, la vulnerabilidad y el poder que implica romper el silencio. “Veo borroso, porque de niño perdí un ojo. A algunos les cuesta entender cómo puedo encuadrar bien las imágenes con la cámara; es borroso, pero son también recuerdos”, confiesa Arregui. “Recordar era, borroso, de alguna forma quise borrar para siempre lo ocurrido. Los recuerdos están entre neblinas, y de allí nació el silencio, el día que me callé”, afirma.
El libro, cuenta con cerca de cien páginas, se acompaña de fotografías de la película y el Quito antiguo de los ochenta y algunos autorretratos intervenidos por sus hijos. “Quieren borrarte, pero no lo logran. Te quitan parte de la vida como si quisieran desaparecerte, pero no lo consiguen. No lograron destruirme”, afirma con convicción. Y añade: “Pude tener hijos, pude hacer películas”.
El documental El día que me callé, dirigido por Isabel Dávalos y Víctor Manuel Arregui, se convierte en una conversación íntima, en un recorrido por las ausencias, resistencias y esos momentos en que la vida se desvanece del encuadre, dejando solo silencio. Es un acto de catarsis que aborda el autoritarismo encarnado en los cuerpos masculinos, obedientes a los mandatos sociales de la virilidad y sus tabúes.
Este documental busca sanar, hablar, romper el silencio, reflexionar y liberar. “Cuando alguien ve la película, siento que los susurros me dicen al oído ‘gracias por contar mi historia’”, comparte el autor.
La presentación del libro y la exposición Borroso se realizarán este sábado 19 de julio, a las 11:30, en el patio norte del Centro Cultural Metropolitano. La proyección del documental está prevista para las semanas siguientes, acompañada de diversas actividades educativas.
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