La Banda que Le Puso Música a la Historia de Quito

Pocas instituciones culturales pueden decir que nacieron con la misión de levantar el ánimo de una ciudad. La Banda Municipal de Quito sí. Fundada oficialmente el 11 de julio de 1933, sus orígenes se remontan a un año antes, cuando un grupo de 50 músicos —exmilitares y policías— se reunieron por primera vez en 1932 con instrumentos prestados y una visión clara: fortalecer la identidad, cultura y espíritu de una sociedad que buscaba nuevas formas de expresión tras momentos convulsos.

Lo que inició como un pequeño proyecto sonoro, pronto se transformó en una institución patrimonial, siendo hoy en día la orquesta más longeva del país y guardiana de más de 30.000 partituras de música nacional. A lo largo de casi un siglo, ha acompañado las grandes celebraciones y los momentos solemnes de la ciudad, convirtiéndose en parte inseparable del paisaje sonoro quiteño.

Pero más allá del repertorio clásico que suele asociarse con las bandas municipales, esta agrupación ha demostrado una sorprendente versatilidad artística, integrando en sus presentaciones géneros diversos y colaborando con artistas contemporáneos. Esa capacidad de dialogar con el presente sin perder sus raíces es precisamente lo que la mantiene viva y vigente.

Hoy, pensar en Quito sin su Banda Municipal es como imaginar a la ciudad sin su Centro Histórico: impensable. Es deber de quienes la dirigen y de la ciudadanía misma, asegurar que esta joya sonora siga tocando la historia, una nota a la vez.

El 11 de julio de 2025, la Banda Municipal del Municipio de Quito cumplió 92 años de historia, música y orgullo. Esta emblemática agrupación ha sido mucho más que un conjunto de instrumentistas: es el latido festivo de la capital, el alma que enciende las calles y une a los quiteños y quiteñas con cada acorde.

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